El vapeo de cannabis ha ganado popularidad en los últimos años como una alternativa más limpia al fumar, ya que se percibe como una forma más saludable de consumir la planta. Sin embargo, a medida que más personas adoptan esta práctica, surge la pregunta: ¿es realmente seguro vapear cannabis?. En este blog, revisamos los factores clave que debes tener en cuenta para asegurar un uso responsable y seguro.

1. Evitar productos no regulados

Uno de los mayores riesgos del vapeo de cannabis está relacionado con el uso de productos no regulados o de baja calidad. En 2019, Estados Unidos experimentó un brote de una enfermedad pulmonar grave conocida como EVALI(Enfermedad Pulmonar Asociada al Uso de Productos de Vapeo), en la que muchas personas fueron hospitalizadas debido a problemas respiratorios severos.

La causa principal fue el uso de productos de THC adulterados con acetato de vitamina E, un aditivo utilizado en algunos líquidos de vapeo ilegales que es perjudicial cuando se inhala. La CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) recomienda evitar productos de vapeo que no provengan de fuentes confiables y no comprar productos en el mercado negro.

2. Riesgos a largo plazo: Lo que se sabe

Aunque vapear cannabis es generalmente considerado menos dañino que fumar, debido a la falta de combustión, aún existen interrogantes sobre sus efectos a largo plazo. El vapor inhalado contiene cannabinoides como el THC y el CBD, pero también puede contener trazas de solventes u otros químicos utilizados en la fabricación de los líquidos de vapeo.

Estudios han sugerido que vapear cannabis expone a los pulmones a menos sustancias tóxicas que fumar, pero el impacto a largo plazo aún no ha sido completamente determinado debido a la novedad de los dispositivos de vapeo. Investigaciones adicionales son necesarias para entender mejor los efectos prolongados del vapeo de cannabis en la salud pulmonar.

3. La importancia de los ingredientes

Al igual que con cualquier producto inhalable, es esencial prestar atención a los ingredientes que contiene el líquido o extracto de cannabis que estás utilizando. Los líquidos de baja calidad pueden contener ingredientes dañinos como propilenglicol o glicerina vegetal en altas concentraciones, los cuales pueden descomponerse en sustancias tóxicas cuando se calientan a altas temperaturas.

Es recomendable elegir productos que utilicen ingredientes naturales y estén libres de aditivos artificiales o químicos que puedan representar un riesgo para la salud. Los concentrados de cannabis de alta calidad suelen estar libres de aditivos, ofreciendo una opción más segura para los consumidores.

4. Control de la dosis: Un beneficio del vapeo

Un aspecto positivo del vapeo de cannabis es el mejor control de la dosis. A diferencia de fumar, donde es más difícil medir cuánto THC o CBD se consume en cada calada, los vaporizadores permiten a los usuarios regular la cantidad de cannabinoides que inhalan. Muchos dispositivos permiten ajustar la temperatura para optimizar la cantidad de vapor producido y reducir el riesgo de sobreconsumo.

Este control es especialmente útil para usuarios médicos que necesitan una dosificación precisa de cannabinoides para aliviar síntomas como dolor, ansiedad o insomnio, sin los efectos secundarios asociados a una sobredosis.

5. Riesgos para personas con problemas pulmonares

Si bien el vapeo puede ser una opción más saludable en comparación con fumar, no es recomendado para personas con afecciones pulmonares preexistentes. Los estudios han mostrado que inhalar cualquier tipo de vapor o humo puede irritar los pulmones, especialmente en personas que sufren de asma, bronquitis o EPOC.

Para estos usuarios, la inhalación de cannabinoides a través de otros métodos, como tinturas sublinguales o comestibles, puede ser una opción más segura y efectiva.